“En México la sociología ha perdido su identidad sin que
muchos de los que se dicen sociólogos se den cuenta. Salvo cuando afecta su
empleo o sus nexos con el poder público”
Fernando Castañeda S.
La cita del texto La
crisis de la sociología académica en México de Fernando Castañeda adquiere
una significación particular porque desde mi parecer remite a un conjunto de
elementos residuales que no figuran en el análisis de autor y que paradójicamente
a criterios explicativos sociológicos: tanto la estructura laboral como las relaciones de la profesionalización con
el poder público y la sociología son elementos estructurales que brillan por su ausencia en el análisis de
Castañeda al momento de diagnosticar la falta de una identidad de los
sociólogos en México como la principal causa de la desestructuración del
discurso sociológico en nuestro país.
Quizá el análisis de Castañeda esté más cerca del patrón
discursivo de González Casanova y de la filosofía de la cultura mexicana de lo
que el mismo quisiera reconocer. Esto se puede deber a la explicita renuncia de
Castañeda a delimitar el problema de la sociología desde una perspectiva
estrictamente sociológica para darle mayor importancia a la fundamentación
epistémica, al análisis genealógico-discursivo y a una suerte de filosofía
culturalista que a mi parecer es demasiado esencialista lo que me parece
contradictorio, pues esta renuncia al análisis sociológico le impide observar
algunos otros factores que resultan fundamentales para entender el desarrollo
de la sociología en México.
El texto de Castañeda es rico en elementos explicativos y
demanda un conocimiento profundamente erudito por parte del lector para poder llevar el hilo
del argumento a cabalidad, el autor ensaya la movilización de una cantidad
increíble de enfoques de análisis que con mucho rebasa los meramente
sociológicos pero que al parecer son necesarios para diagnosticar la situación
de la sociología en México.
La tesis que el autor intenta defender es que la sociología entendida
como forma discursiva ha sufrido de un desplazamiento ante otras formas
discursivas como el rational choice
de la economía, el neo institucionalismo de la ciencia política y la semiótica.
En el caso de las dos primeras se trata de
un regreso de dos formas discursivas que en algún momento fueron objeto de la
crítica sobre la que se fundó el discurso sociológico por lo que se trataría de
discursos rebasados explicativamente por la sociología. Castañeda llama la
atención que el regreso de estos discursos se da ignorando a la sociología y no
criticándola o demostrando su invariabilidad explicativa.
El origen de este regreso es explicado por el autor debido a
que estos discursos actualizan y ofrecen una salida ideológico moral que a mi
parecer empata con el ascenso y necesidad justificatoria del régimen discursivo
dominante desde los años 80’s: el neoliberalismo.
El caso de la segunda se trata de una forma discursiva que
en cierta medida se originó al interior de las ciencias sociales y humanidades
en general y al interior de la sociología en particular, dicha forma discursiva
es conocida como giro lingüístico, si bien esta transformación posibilitó una
serie de planteamientos profundamente innovadores para la sociología terminó
por desbordarla y socavar los fundamentos metodológicos y epistémicos sobre los
que operó el desarrollo de buena parte del ethos
científico de los sociólogos y su institucionalización como saber de
expertos profesionales, estos fundamentos han sido identificados como consenso naturalista.
Cabe llamar la atención que la desestructuración de este
consenso naturalista no implica la superación explicativa de la sociología en
sí, de hecho, en una de sus vertientes, el giro lingüístico enriqueció las
perspectivas metodológicas de la sociología y resaltó aquellos elementos
teóricos que se orientan a resaltar los procesos
que constituyen a la sociedad.
Sin embargo, al desbordar a la sociología y al socavar sus
fundamentos naturalistas también dio pie a que otras vertientes de este giro
lingüístico cuestionaran el sentido de la sociología en sí misma, posibilitando
la emergencia de distintas formas discursivas que pueden ser agrupadas con el
denominador de los discursos posmodernos.
La particularidad del desplazamiento por parte de estas formas
discursivas es que han posicionado frente la sociología ignorándola y no
rebatiendo sus posibilidades explicativas.
A mi parecer, es muy plausible la hipótesis de que la
inviabilidad del fundamento naturalista sobre el cual se desarrolló la
sociología confluyera con la desestructuración de las condiciones
académico-institucionales que generaban un espacio de posibilidad para
discursos como el sociológico. Al
desestructurarse el modelo del Estado de bienestar y al ascender el modelo
neoliberal se gestaron las posibilidades para que otros discursos encontraran
espacios y demanda en la estructura universitaria en detrimento de la
sociología.
Por otro lado el análisis Castañeda es certero al
diagnosticar que el principal obstáculo que tiene que enfrentar la sociología es
el del compromiso moral e ideológico, el
diagnóstico corre por distintas dimensiones, tanto de las condiciones
infraestructurales del discurso sociológico (siguiendo esto último adquieren
particular importancias las disputas por la autonomía universitaria) como en la
lógica interna de la argumentación teórica o analítica (en esta se pueden
entender las principales fallas de los textos de Gonzales Casanova entre otros).
Sin duda son amplias las posibilidades de análisis que plantea Castañeda pero
de nuevo me parece que queda se queda corto en la profundidad.
Usar el concepto ideología
posibilita cierto nivel de análisis pero también deja obscuras muchas otras
cosas si no por sus posibilidades sustantivas si por el marco de referencia
dentro del cual se articula (esto es por el conjunto de categorías auxiliares y
presupuestos que lo acompañas).
De nuevo, usar los criterios estructurales (uno de tantos en
los desplazamientos mencionados por Castañeda como constituyentes del “interés
cognoscitivo” de la sociología) apuntaría quizá a la búsqueda de la
conformación de un ethos, quizá un habitus como sustrato social y sobre el
cual opera o no el distanciamiento con respecto al sentido común o en su
defecto las formas lingüísticas y conceptuales más vinculadas a un punto de
vista moral o ideológico.
En fin, me parce que el texto de Castañeda es muy valioso, abre
un sin número de betas posibles de análisis (en este comentario no mencioné,
por ejemplo la noción, de tradición y
el análisis de Castañeda al respecto) pero en general creo que apenas son los
primeros pasos para un posterior análisis.
Espero poder sistematizar en breve algunas de las observaciones
de la mesa en el Coloquio de aniversario del CES en la que participó también
Castañeda y de la que dejo a continuación el video.
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