Observando el campo

1 Argumentos contundentes

Análisis de la producción sociológica.

En ocasiones algunos textos sociológicos generan resonancia fuera del ámbito meramente académico, este es el caso de una serie de investigaciones realizadas por Marco Estrada Saavedra, profesor investigador del Centro de Estudios Sociológicos de El Colegio de México. La polémica comienza en Agosto de 2007 con un artículo enviado por Herman Bellinghausen a el periódico La Jornada después de la aparición de La comunidad armada rebelde y el EZLN, publicado por el CES y el COLMEX. En este artículo Bellinghausen vincula la elaboración de este libro como parte de una ofensiva gubernamental contra las comunidades zapatistas.

El periodista acusa al texto de Estrada de ser un “inusual sustento ideológico y académico, respaldado abierta o vergonzosamente por la Secretaria de Desarrollo Social, la Comisión de Desarrollo Social, la Comisión Nacional para el Desarrollo de los pueblos Indios, la Secretaria de la Reforma Agraria, el Instituto Federal Electoral, el Colegio de México y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología” además de tacharlo de ser un “paciente y costoso trabajo de inteligencia militar”.

En el artículo se intenta descalificar la estrategia de investigación seguida por Estrada. Pues éste último, decide entrevistar a ex zapatistas o a personas que abiertamente se presentan como contrarios al zapatismo, para terminar diciendo que “el libro funciona como una pieza de estrategia de confrontación entre comunidades”.

En 2009 Marco Estrada edita y publica Chiapas después de la tormenta, estudios sobre economía, sociedad y política; ante el conocimiento de la futura publicación, Bellinghausen reanima la polémica y publica, en Noviembre de 2008 otro artículo en donde indica que la Comisión de Concordia y Pacificación pretende renovar sospechosamente los acercamientos con las comunidades indígenas inmersas en el conflicto armado desde 1994.

El autor menciona que éste restablecimiento de funciones de la Cocopa viene acompañado de la publicación de otro texto de Marco Estrada [en este caso se refería a Chiapas después de la tormenta…] de “orientación antizapatista y hasta contrainsurgente”, y que dicho texto sería, en última instancia, producto del trabajo de documentación que Estrada y El COLMEX han hecho para el Congreso de la Unión en vista de una posible reactivación de la Comisión.

En otro artículo del 23 de Noviembre, Bellinghausen retoma el tema y comenta que la Diputada Martha Cecilia Díaz Gordillo presidenta de la Cocopa impulsa la publicación de una antología de 20 volúmenes coordinada por Marco Estrada en la que se establecería la visión editorial panista de la situación social en Chiapas y en la que se descalifica al zapatismo.

En este último texto se anima a criticar el análisis sociológico de Estrada al mencionar que el trabajo de éste recupera el dicho de dos comunidades que según Bellinghausen ni son zapatistas ni están en la Selva Lacandona “ignorando factores clave como la intensa militarización, la presencia de paramilitares, el carácter de control político de los programas sociales…”, y menciona que el texto de Estrada invalida al zapatismo presentándolo como “elemento disrruptor que impediría la armonía funcional entre los demás actores”. Aunque al final, lo importante de la crítica de Bellinghausen se muestra al revelar el texto de Estrada como “una argumentación académica que permitiría al poder desfondar la ley de paz vigente, reanudar la guerra contra los rebeldes, y de paso, dejar sin materia de trabajo a los diputados y senadores de la Cocopa”

Ante esta serie de artículos en la revista Letras Libres de Agosto de este año [2009] Juan Pedro Viqueira profesor investigador del Centro de Estudios Históricos del Colegio de México y autor de uno de los textos incluidos en Chiapas después de la tormenta responde a las acusaciones de Bellinghausen.

En su respuesta, Viqueira se dedica a contradecir –de manera algo viceral- la tesis del periodista, según la cual, el texto de Estrada es parte de un complot para la reactivación y posterior desmantelamiento de la Cocopa; que fue la encargada de realizar las pláticas de paz entre gobierno de Ernesto Zedillo y el EZLN y de la cual dependió -por el lado del gobierno- la firma de los acuerdos de San Andrés Larráinzar en 1996.

Después de documentarme en la polémica me dedique a buscar los textos aludidos y leerlos, -en estos momentos aún no termino hacerlo- para la elaboración de esta entrada, a pesar de no terminar la lectura del trabajo de Estrada creo que se pueden apuntar ciertas consideraciones para tratar de entender la polémica más allá de la visera del compromiso militante. En primer lugar nos tenemos que distanciar parcialmente de la crítica de Bellinghausen, para después poder abordar los méritos o críticas al trabajo de Estrada.

Chiapas después de la tormenta…. no es más que una compilación de textos de diversos autores que intentan hacer un balance sobre la economía, la política y la situación del Estado después del levantamiento armado de 1994, es un texto coeditado o patrocinado por el Congreso de la Unión y por el Gobierno de Chiapas, que a mi parecer, -ideológicamente- no hace explícita ninguna descalificación directa contra el EZLN ni contra las comunidades rebeldes.

En tanto compilación de artículos, se trata de una serie de textos que abordan diversos temas, ninguno con demasiada profundidad y que refleja los intereses o avances de investigación de sus autores, en todo caso se les podrá acusar de ser demasiado técnicos o a lo más, limitados. Y quizá aquí está el problema. Se trata de textos técnicos, con cierto carácter utilitario que además está vinculado [recordemos que se trata de una coedición] a una serie de actores con posiciones hegemónicas dentro del campo de la dominación, lo que los hace parecer bastante cuestionables.

El texto de Estrada, y al parecer los demás, omiten la contextualización disciplinar o por lo menos académica que los podría mantener más o menos al margen del conflicto, a favor de la relativa fluidez y facilidad interpretativa.

Esta preferencia por la simplicidad los expone a ser directamente recontextualizados u absorbidos dentro del campo de la política, el poder y la dominación. Los enfrenta con el riesgo de que sus textos sean utilizados sin mayores escrúpulos por aquellos que permanentemente están en la búsqueda y preservación de los espacios hegemónicos dentro del campo de la dominación, por aquellos mismos que usan arbitraria y cotidianamente la violencia contra cualquier actor que ose oponerse a las reglas establecidas –recuérdese cuantas veces hemos escuchado hablar de la preservación de nuestro tan famoso Estado de Derecho como motivo de sus acciones- de negociación legal o política institucionalizadas por nuestra supuesta democracia, tan solo recuérdese que son estos mismos actores los que han “intervenido” recientemente para salvaguardar la “paz social” en San Salvador Atenco, en Oaxaca, o en los mismos municipios autónomos en Chiapas.

Un análisis sociológico profundo de esta situación apuntaría hacia horizontes que no necesariamente coincidirían con las hipótesis sugeridas por Bellinghausen, tendría que tomar en cuenta la relativa autonomía que juega el campo intelectual –y el subcampo de producción de obras sociológicas dentro de éste- con respecto a otros campos como el de la dominación o la economía, nos tendría que explicar qué es lo que significa y el papel que juegan estas publicaciones, primero, dentro del campo intelectual propio, en el que se debate no en términos de de justicia/injusticia, de lo correcto/incorrecto, o cualquier otro código, y sí en términos de pertinencia científica, de verdad/no verdad.

Sólo después de entender lo que representan estas publicaciones dentro del debate disciplinar e intelectual se tendría que evaluar el estado de la relación convergente y dependiente del campo intelectual con respecto al campo de poder, tomando en cuenta la posición detentada por cada uno de estos actores dentro de su respectivo campo, sus trayectorias sociales y las estrategias típicas que dentro de estos campos se siguen para poder detentar posiciones dominantes.

Un análisis serio quizá nos explicaría porque tanto investigadores como instituciones [El COLMEX, el CIDE, el IIS de la UNAM, o el CIESAS] tienen que recurrir a instancias como el CONACYT o a la elaboración de diagnósticos para diversas Secretarias de Gobierno como estrategia que posibilite el reposicionamiento y la supervivencia dentro y fuera del campo intelectual.

Nos hablaría también del espacio que detenta y el papel que juega Herman Bellinghausen dentro del campo intelectual, y el porqué el ser un intelectual comprometido con la causa del EZLN también responde a estrategias de reposicionamiento dentro del mismo campo.

Como hemos visto la complejidad del asunto no se resuelve de manera sencilla e implica observar diferentes elementos al mismo tiempo.

Ahora bien, en lo referente al rendimiento de los textos de Marco Estrada, sé que se trata un investigador interesado en los movimientos sociales y que ha ido sentando las bases en diversas investigaciones empíricas para una reproblematización de la teoría sobre los movimientos sociales, en este sentido su propuesta más reciente parece ser la de los Sistemas de Protesta.

El texto de Marco Estrada en la compilación Chiapas después de la tormenta parece seguir estas nuevas directrices de investigación, aunque en realidad únicamente realiza un recorrido socio-histórico en el que describe la evolución de la organización de las comunidades rebeldes y sus relaciones con los órganos directivos de la guerrilla.

La mayor critica que se puede interpretar en este texto se refiere a la aparentemente fallida estrategia de desmilitarización y horizontalización de la estructura organizacional de las comunidades rebeldes, siendo el mayor agravio, la observación de que persiste una tensión entre la organización civil y la línea de jerárquica de mando de la guerrilla, tensión que termina por ceder a favor del mando militar.

Sé que el texto intenta ser una aproximación desde nuevos referentes teóricos, en éste caso desde la teoría de Sistemas Sociales del Niklas Luhmann y quizá sobre la teoría de Sistemas de Protesta de Alberto Melucci, sin embargo, no encuentro la exposición o referencia metodológica al respecto. No presenta un análisis de fondo, ni a lo largo ni en el núcleo del argumento, quedándose en la pura descripción. Lo que solo garantiza, como lo menciono más arriba, que el texto pueda ser tomado bajo sospecha y que se le pueden hacer imputables las criticas que Bellinghausen le hace sobre su postura metodológica para dar cuenta de las condiciones que enfrentan las comunidades rebeldes.

Las críticas que se le puedan hacer a Chiapas después de la tormenta se diluyen cuando revisamos su trabajo previo: La comunidad armada rebelde y el EZLN, por lo menos en la parte que llevo leída, me he percatado de que es un trabajo en donde las críticas de Bellinghausen carecen de pertinencia, es un texto rico en trabajo empírico y documentación, además de estar rigurosamente guiado por la teoría. En él se rastrean históricamente las condiciones sociales de posibilidad que llevaron a la conformación de las comunidades indígenas que después pasarían a conformar la base social del EZLN, pasando por diferentes momentos que van desde el fin del sistema de fincas hasta la creación de las comunidades armadas rebeldes.

En verdad se trata de un buen texto en el que merecen leerse cada una de sus 624 páginas y que tendrá que ser evaluado por la comunidad sociológica interesada en los movimientos sociales, en particular, por aquellos que pretenden aterrizar los lineamientos teóricos en investigaciones empíricas; y no ser evaluado por su pertinencia normativa o compromiso político.

Esto merece ser publicado...

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Texto originalmente mandado via correo electrónico el 28 de Noviembre de 2009 por Balam.
"Creo que el problema del CINEO es su incapcidad de cosntruir comunidad científica, claro, el CINEO siempre esta dispuesto para las chelas, la fiesta agendada, la marcha por la causa justa, la reunión de cafecito tlalpense, coyoacanence e incluso romano.Al CINEO le asusta la discusión, cree que este ejercicio es similar a una entrevista de Loret de Mola o Adela Micha y que todo cuestionamiento, crítica reformulación se traduce en un golpe a la autoestima de los agremiados. El CINEO, es una idea, no se si buena o mala, pero esta más cerca a un aforismo de Paris Hillton que de una reflexión de militante del machetearte (lo cuál ciertamente ya es ganancia), me adhiero al CINEO por la estima que tengo a dos o tres de sus miembros, pero su eclecticismo se aleja de la formulación giddenciana y se acerca más a un coqueteo con el buenondismo chairo de la facultad.
Un abrazo a todos, me retiro a mis labores de sociologo de club de precios.

ES LUPUS!

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