
La nota escrita al frente de un artículo hace explícito un interés y una convicción.
Es de notar que pasa por alto una pregunta anterior, a saber ¿seguimos en esto? (anexe aquí la pregunta que más le inquiete en estos momentos)
Cada quién con su clonazepam.
¿Para qué mañana?
Lejos del fatalismo pueril que suscita la pregunta, está el hecho irrefutable de que la creencia no basta. Si, seguimos, pero ¿con qué? (juego deliverado de palabras) ¿Si, pero en dónde?
Tengo hambre.
Sigamos en esto, a ver hasta donde aguantamos.
El último trago del agua de limon sabía particualrmente dulce: la toma directa entorpece la función del habla. Si no se nota es por que en estos momentos puedo prescindir de ella.
Comienza a llover
Mañana... ¿qué con mañana? Presumamos la soberbia que nos tiene en pie: ya sabemos que va a pasar y que van a decir. Lo escuchamos todo el tiempo. No obstante, gimoteamos como si fuera la primera vez que los escuchamos y nos esforzamos por tener la referencia a la mano.
Si no tengo para comér por lo menos tengo que decir. Mala estrategia considerando el tiempo que nos ha fallado mencionada estrategia.
¿Y en verdad fue la mamá del muerto? ¿que buscamos otros reinos?
Baja la tormenta.
6 desempleados
¿coincidencia?
...
Espartanos: o-hu!